La inteligencia artificial (IA) sigue revolucionando el mundo tecnológico, y su última hazaña ha puesto a ChatGPT, creado por OpenAI, en el centro de una polémica que mezcla creatividad, ética y el legado de Studio Ghibli. Con la reciente actualización de GPT-4o, los usuarios ahora pueden transformar fotos, memes e incluso eventos históricos en ilustraciones que imitan el icónico estilo del estudio japonés fundado por Hayao Miyazaki. Pero lo que para algunos es un juguete digital fascinante, para otros es una afrenta al arte humano y una amenaza a los creadores. ¿Qué está pasando realmente? Vamos a desglosarlo.
El boom de las imágenes Ghibli generadas por IA
Desde que esta función se lanzó, las redes sociales se han inundado de ejemplos: desde retratos familiares convertidos en escenas de ensueño hasta recreaciones de momentos históricos con la estética mágica de películas como El viaje de Chihiro o Mi vecino Totoro. La viralidad fue tal que OpenAI tuvo que limitar el acceso gratuito a esta herramienta por la sobrecarga de sus servidores.

Sin embargo, detrás de la diversión, hay un debate que no podemos ignorar.
El estilo de Studio Ghibli, conocido por su atención al detalle, su calidez emocional y su conexión con la naturaleza, no es solo un diseño: es una filosofía. Pero replicarlo con IA plantea preguntas incómodas: ¿Cómo logra ChatGPT imitarlo tan bien? La respuesta probable es que fue entrenado con miles de fotogramas de las obras de Ghibli, algo que ha desatado críticas sobre el uso ético de contenido protegido y el consentimiento de los artistas originales.
Miyazaki y su desprecio por la IA
Hayao Miyazaki, el genio detrás de Ghibli, no es precisamente un fan de la tecnología en el arte. En 2016, al ver una animación generada por IA, la llamó «un insulto a la vida misma», criticando su falta de alma y profundidad. Ahora, casi una década después, sus palabras resuenan con fuerza mientras los fans usan ChatGPT para «homenajear» su estilo. La ironía no pasa desapercibida: una herramienta que Miyazaki rechaza está siendo usada para copiar su legado. ¿Es esto un tributo o una traición?
Un eco de otras controversias tecnológicas

Esta no es la primera vez que la IA genera polémica. Recordemos el caso de los deepfakes, que han puesto en jaque la privacidad y la veracidad en la era digital. O el escándalo de MidJourney y Stable Diffusion, otras plataformas de IA artística acusadas de entrenarse con obras de ilustradores sin permiso, lo que llevó a demandas colectivas en 2023 por parte de artistas en Estados Unidos. En República Dominicana, aunque el debate no ha escalado tanto, ya vemos cómo herramientas como Canva integran IA para diseño, lo que genera tanto entusiasmo como preocupación entre diseñadores locales.
Otro paralelo interesante es el auge de los NFT en 2021-2022. Muchos artistas digitales vieron una oportunidad de monetizar su trabajo, pero también surgieron críticas por la proliferación de «arte robado» generado por bots. La controversia de ChatGPT Ghibli parece ser el capítulo más reciente de una saga mayor: la lucha entre la innovación tecnológica y el respeto por la creatividad humana.
¿Y los artistas humanos?
Para un ilustrador dominicano que pasa horas perfeccionando un dibujo, ver cómo una IA produce algo similar en segundos puede ser desalentador. La accesibilidad de estas herramientas es innegable, pero también plantea riesgos: ¿se devaluará el trabajo artesanal? ¿Podría la IA reemplazar a los animadores en industrias como la publicidad o el cine? En un país donde el talento creativo está en auge, este tema merece atención.
Innovación vs. ética: el dilema
ChatGPT Ghibli no es solo una curiosidad tecnológica; es un reflejo de un mundo donde la línea entre lo humano y lo artificial se difumina. Por un lado, democratiza el arte, permitiendo que cualquiera cree algo bello sin años de práctica. Por otro, trivializa el esfuerzo de quienes dedican su vida a ello. Y aunque imitar un estilo no viola directamente las leyes de derechos de autor, el uso de obras para entrenar IA sin permiso sigue siendo un terreno legal pantanoso, especialmente en Japón, donde las regulaciones son más flexibles para el aprendizaje automático.

¿Qué opinas tú?
La controversia está servida: ¿es ChatGPT Ghibli una herramienta revolucionaria o un paso hacia la deshumanización del arte? En Gadget Dominicana queremos saber tu opinión. ¿Has probado esta función? ¿Crees que la IA debería tener límites en el mundo creativo? Déjanos tus comentarios y comparte este artículo si te hizo pensar en Instagram https://www.instagram.com/isaacramirez
Mientras tanto, Miyazaki sigue siendo un recordatorio de que, en un mundo obsesionado con la tecnología, el toque humano sigue siendo irremplazable. O al menos, eso esperamos.