La Sección 230 es una parte del Communications Decency Act de 1996 en los Estados Unidos, que es un estatuto que brinda protección legal a las empresas de Internet en relación con el contenido generado por terceros. Esta sección establece que las plataformas en línea no son responsables del contenido publicado por sus usuarios. En resumen, protege a las empresas de Internet de ser consideradas responsables por las publicaciones, comentarios o cualquier otro tipo de contenido generado por los usuarios de sus plataformas.
La Sección 230 ha sido fundamental para el crecimiento y desarrollo de Internet, ya que ha proporcionado un marco legal que permite a las empresas de Internet alojar y compartir contenido generado por los usuarios sin temor a ser responsabilizadas por todas las publicaciones individuales.
Además de proteger a las empresas de Internet, la Sección 230 también permite a estas empresas tomar medidas para moderar y filtrar el contenido ofensivo o inapropiado, sin ser consideradas responsables de las decisiones de moderación que tomen.
Sin embargo, la Sección 230 ha sido objeto de debate y críticas en los últimos años. Algunos argumentan que las plataformas de Internet deberían asumir más responsabilidad en la moderación del contenido y que la Sección 230 les otorga demasiada inmunidad. Otros argumentan que la Sección 230 es esencial para proteger la libertad de expresión en Internet y fomentar la innovación.
Es importante tener en cuenta que mi conocimiento está actualizado hasta septiembre de 2021, por lo que puede haber habido cambios o desarrollos más recientes con respecto a la Sección 230.
Una gran victoria para las .COM como Google y Twitter
El Tribunal Supremo de Estados Unidos falló a favor de Google y Twitter en dos casos relacionados con la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones de 1996, que protege a las empresas de internet de ser responsables por el contenido publicado por sus usuarios. Los jueces rechazaron una demanda que acusaba a las plataformas de facilitar un ataque terrorista en Turquía y devolvieron otro caso a un tribunal inferior. Estas decisiones preservan el escudo legal que ha permitido el crecimiento y la innovación de las redes sociales, pero también aumentan la presión para que el Congreso reforme una ley que se considera obsoleta y ambigua.
La Sección 230 es una parte de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, una ley de 1996 (y a su vez parte de la Ley de Telecomunicaciones del mismo año) que regulaba la pornografía en línea. Específicamente, la Sección 230 otorga inmunidad legal frente a la responsabilidad por los servicios de internet y los usuarios por el contenido publicado en internet. También permite a las plataformas moderar sus servicios eliminando publicaciones que, por ejemplo, sean obscenas o violen sus propios estándares, siempre que actúen de “buena fe”. La Sección 230 ha sido criticada tanto por políticos demócratas como republicanos por diferentes motivos, y algunos estados han intentado aprobar leyes para limitar el poder de las grandes tecnológicas sobre el discurso en línea.
¿Qué paso?
En el caso de Twitter, los familiares estadounidenses de Nawras Alassaf dijeron que la compañía no vigiló adecuadamente su plataforma para cuentas relacionadas con el Estado Islámico antes de un ataque del 1 de enero de 2017 en el club nocturno Reina en Turquía que mató a Alassaf y otras 38 personas.
En el caso de Google, la familia de un estudiante de intercambio muerto en un ataque del Estado Islámico en París dijo que YouTube de Google debería ser responsable de promover el contenido del grupo.
En ambos casos, los familiares basaron sus demandas en la Ley antiterrorista, que impone responsabilidad civil por ayudar a un ataque terrorista. La cuestión era si la empresa proporcionaba asistencia sustancial al grupo terrorista.
Lo que dijeron los jueces
“Las acusaciones de los demandantes son insuficientes para establecer que estos acusados ayudaron e instigaron a ISIS en la realización del ataque relevante”, escribió el juez Clarence Thomas en una decisión unánime en el caso de Twitter. El tribunal adoptó una razón similar en la demanda contra Google.