La carrera de los fabricantes en doblar la capacidad de la primera tarjeta de memoria flas acoplada en un lápiz acaba de llegar a la meta de 128 gigas. El ganador es Kingston Technology con el anuncio de la comercialización de la Data Traveler 200 (DT 200) de 128 GB, pero ello no quiere decir que el próximo récord, 256 GB, no pueda ser alcanzado por sus inmediatos perseguidores: Samsung, Simple Tech, Toshiba, Panasonic, SanDisk.
De hecho, Samsung ya presentó el pasado 27 de mayo su "SSDs Flash Drive" (dispositivo de memoria flas de estado sólido) de 256 GB. SingleTech, por su parte, comunicaba el pasado 18 de abril la próxima disponibilidad de dispositivos de memoria flas de 512 GB. El terabyte (TB), unidad de medida de almacenamiento de datos que equivale el billón de datos o 1.024 GB, ya está al caer.
Quizá no esté de más recordar aquí que el significado de "tera" en griego no se encuadra en las ciencias exactas, sino en la literatura, y no precisamente en la documental, sino en la de fábula: τέρας quiere decir "monstruo".
Para el uso normal de un periodista, 128 GB es a todas luces una capacidad tan monstruosamente desmesurada para el trabajo diario de guardar datos y documentación de los temas en marcha como sí adecuada por ser más fácilmente manejable y transportable un lápiz de bolsillo que un dispositivo, por más compacto que sea, de llevar en la cartera o bolsa, al precio de 546 dólares en Estados Unidos, 392 euros al cambio.
La guerra de los récords de capacidad de las tarjetas de memoria nos trae inevitablemente a la cabeza tantas batallas ganadas para la industria como también ganadas para los usuarios. Y es que cada vez que una velocidad de obturación de una cámara -por ejemplo, pasar de una milésima (1/1000) a dos milésimas (1/2000) de segundo en la operación, viene a significar un consiguiente salto de calidad y precisión también en los niveles inferiores.
El DT200 de Kingston viene sin capuchón, con el dispositivo USB escamoteable dentro de la tarjeta, y se activa con contraseña, para proteger los datos almacenados. Viene con una garantía de cinco años. Dicho lo dicho, para el uso "normal" en periodismo la buena noticia es el aumento de calidad unido a la bajada de precio -en el caso de las tarjetas, fidelidad de almacenamiento y rapidez de proceso- de las tarjetas y lápices de capacidades bajas -1 GB o incluso 512 MB-.
Los más avisados ente los fotógrafos deportivos, por ejemplo, un perfil de usuario clave en el uso de tarjetas, prefieren tarjetas de no mucha capacidad pero rápidas. Elemental: con menos espacio pero suficiente, y una mayor velocidad de proceso, los procesos de grabación y lectura de datos se llevan a cabo con tanta mayor rapidez. Nadie que necesite conservar en frío una cesta de fruta se dirige a una nave frigorífica, sino a la nevera de casa.