Horarios de uso de las luces, hábitos, presupuesto y atmósfera deseada son variables a considerar en casas y oficinas para escoger la iluminación correcta.
Los costos energéticos elevados llevan a oficinas y hogares a tomar decisiones que les permitan a ahorrar dinero, a la vez que se mantienen los espacios visualmente atractivos y funcionales; y se protege el medio ambiente.
Te contamos más, luego del enlace
Gustavo Jiménez,
Coordinador de proyectos de Havells-Sylvania.
En este sentido, expertos de Havells-Sylvania recomiendan hacer una auto-evaluación. “Debemos conocer en detalle muchas variables que trascienden el monto de nuestro recibo para averiguar qué tipo de luz es la que más nos conviene. El resultado podría ser, por ejemplo, mezclar en una casa bombillas incandescentes en algunos espacios y LED en otros”,
Los resultados de este análisis van a variar entre familias y entre empresas. No obstante, se puede alcanzar un equilibrio entre tecnologías siguiendo parámetros simples (ver recuadro: “¿Cuál tecnología me conviene para iluminar?”). Conocer estos aspectos, será útil a la hora de adquirir nuevas fuentes de luz. Además, siempre será valioso consultar a su experto en electricidad o iluminación de confianza.
Una guía de la iniciativa Premium Light de la Unión Europea (http://www.premiumlight.eu/), recomienda escoger el tipo de bombillo según tres criterios: Propósito y locación; calidad y eficiencia que se espera; y lectura del empaque del producto de iluminación.
En el hogar
“En las casas incide mucho el gusto de la persona. Como regla general, las habitaciones pueden mezclar una luz LED general clara y lámparas incandescentes en las mesitas de noche. En un cuarto de pilas, cuyo uso es poco frecuente en la noche, se puede usar un fluorescente compacto. En un espacio donde la luz se usa mucho, vale la pena valorar el LED. Los fluorescentes son muy útiles para cenefas, cocinas y closets”.
En una residencia hay que tomar en cuenta:
- Tamaño de la casa.
- Requerimiento de luz exterior.
- Cantidad de habitantes y sus edades.
- Horas de permanencia de personas en el hogar.
- Cantidad de habitaciones, tipo y frecuencia de uso (cuartos, baños, bodegas, cocina).
- Consumo de los aparatos eléctricos.
- Presupuesto familiar para el consumo eléctrico.
- Cantidad de luz solar que ingresa en cada espacio y por cuántas horas.
- Valorar si sería útil el uso de dimmers o sensores de movimiento por seguridad y ahorro.
En la oficina
“En las oficinas se debe conocer claramente la naturaleza del negocio que se desarrolla, respondiendo a preguntas como ¿necesito luces puntuales?, ¿el trabajo requiere grandes cantidades de luz?, ¿la cantidad de luces que requiero incidirá en la temperatura del lugar?, ¿cierto color de luz incidirá en la operación?, entre otras”, mencionó Jiménez. Una medida para ahorrar es invertir en equipos de automatización en lugares como salas de reunión o sensores de movimiento en los baños y estacionamientos.
En una oficina es útil considerar:
- Tamaño del local.
- Horas hombre que requiere el mantenimiento de la iluminación (cambios de luminaria y bombillos por mes o año).
- Horario de operación de la oficina.
- Tipo de labor que se efectúa (si es focalizada en cómputo, dibujo, reuniones, etc).
- Si hay espacios de exhibición o que tengan necesidades de iluminación decorativa.
- Existencia de rótulos e iluminación externa.
- Análisis de tendencia de costos en electricidad de la oficina, considerando los aparatos.
- Valorar aditamentos de seguridad y ahorro como sensores de movimiento.
REPÚBLICA DOMINICANA