Cuando la información que pones en la red, puede revertirse en tu contra

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Muchos de nosotros a diario colocamos información de todo tipo en las redes sociales, desde una simple foto, un comentario, permitimos que otros nos hagan parte de sus fotos y comentarios, pero pocas veces nos ponemos a pensar, si en algún momento esto pudiera afectarnos en nuestra relación personal, podría alguien interpretar mal lo que está leyendo viendo o escuchando.

El artículo a continuación es de la autoría de nuestro amigo Alexéi Tellerías y presenta con ejemplos que tan grave puede ser esto en algunos casos.

“Ramona” (nombre ficticio) había notado ciertos cambios en las costumbres de su esposo “Michael” que habían coincidido con su reciente incursión en el mundo de las redes sociales, a pesar de que durante los años que llevaban de convivencia no había notado en él algún interés por tener amistades en el mundo virtual.

Había notado que tras su reciente apertura de una cuenta en Facebok dedicaba menos tiempo a compartir con ella en las horas posteriores a su horario de trabajo, lo cual atribuyó a la fiebre que afecta a quienes usan este portal. Sin embargo, a sus variaciones de hábito se añadió el uso de la computadora a puerta cerrada y ciertas demoras no muy bien justificadas en su horario de regreso a casa.

En su ausencia Ramona revisó el historial de navegación de la computadora (que Michael no había programado para que se borrara con el cierre de sesión) y notó que Facebook era una de sus páginas mas visitadas.

Es un poco largo pero te aseguramos que no tiene desperdicio

[Vía: @alexeitd | Listin Diario ]

social-networkSospechando que estaba usando el portal para tener relaciones extramatrimoniales decidió algo osado: crearse un perfil falso con fotos de una joven y voluptuosa modelo latina que buscó en otro portal. Se tomó su tiempo y creó hasta una lista de contactos. Luego le envió una solicitud de amistad que él aceptó y tras un par de semanas le citó en un lugar donde Michael se declaró cazador cazado.

¿Otra pesadilla virtual? La historia de la estadounidense Lynn France, quien se enteró de que su marido se había casado con otra mujer gracias a unas 200 fotos de la boda publicadas en Facebook. La  mujer sospechaba que su marido estaba manteniendo una relación extramatrimonial y fue a buscar el nombre de su rival en esta red social, encontrando la evidencia del nuevo matrimonio. Como cita la agencia AFP, quien cubrió esta historia, los expertos en “social media” e Internet han visto este caso como un ejemplo más de cómo las redes sociales en Internet “han desdibujado la línea entre lo público y lo privado y que ninguna forma de comunicación es totalmente sagrada o segura”.

Siempre se ha insistido en que se debe tener mucho cuidado cuando se sube contenido que pueda luego interpretarse como evidencia para un posterior divorcio.

LAS REDES SON DE DOMINIO PÚBLICO
El blog de la firma estadounidense de abogados, Dishon & Block, ve que cuando ocurren separaciones de pareja o divorcios, “es un buen momento para re-pensar cómo utilizar Facebook”.  

Esto, principalmente, porque cualquier cosa que menciones o coloques en redes sociales, bien podría terminar en las manos del abogado de este o esta.

Mucho cuidado con ‘social media’
social-network2 “Facebook nunca se equivoca”. A esta conclusión llegó “Robert” (nombre ficticio) para terminar una relación con “Isabel” (nombre ficticio). Esta cuenta que un día la etiquetaron en unas fotos en esta red social, y que en ese momento esas fotos eran públicas en su perfil. “Yo no estaba haciendo nada malo, pero para el que no estaba y no conoce se podían ver indebidas”, dice.

Esto inició un primer conflicto entre la pareja,  que se agravó con un comentario de uno de los amigos de “Isabel” en su muro de Facebook. “Robert”, que no hablaba español, malinterpretó el mensaje “mi amor, no pelees tanto”, y al entrar al perfil de esta persona vio unas fotos de ellos juntos en la playa que habían sido tomadas hace mucho, asumió que habían sido recientes. Entonces, “me llamó una mentirosa y otras cosas no publicables, y luego terminó conmigo, porque Facebook nunca se equivoca”.

Para la abogada Dilia Jorge, en los procesos de divorcio, todos los medios de pruebas son admisibles, “siempre y cuando sean pruebas obtenidas legalmente”, agrega. En ese sentido, las publicaciones que hacen las personas en sus perfiles de Facebook, cuentas de Twitter, o en sus blogs, sí pueden ser utilizadas porque son informaciones públicas, y por tanto cualquier persona puede obtener esa información.  “Lo que usted no quiere que se sepa, no lo ponga en la red”.

Legal
Un caso citado por Dilia, que también es conocedora y entusiasta de las redes sociales y la “web 2.0”, es señalado por la revista 5280, de la ciudad de Denver, y está vinculado con otra abogada, Cyndy Ciancio, quien utilizó Facebook para lograr un acuerdo en un caso en que su cliente buscaba dejar de pagar una manutención a su ex esposa porque creía que ella se había vuelto a casar.

“La ex esposa negó esto, pero entonces apareció una fotografía en Facebook, de la ex esposa con un nuevo anillo de matrimonio y un bebé, llevando a un acuerdo”, dice la historia. Este tipo de casos resaltan el incremento de la inseguridad que lleva subir información personal en línea, particularmente en portales de redes sociales, en las cuales alguien podría incluso estar presentándose como “amigo”, pero realmente está buscando información privada. Otro reportaje de Associated Press señala que las redes sociales se han convertido en la “nueva fuente favorita de información” para abogados de divorcios en Estados Unidos.

De hecho, señalan, varios de ellos “se sienten entre sorprendidos y encantados” de que el “sobrecompartir” contenido en la web haya permitido una riqueza de información personal sobre la vida, encuentros, hábitos de fiesta, actitudes e incluso estados financieros de los usuarios.

Un ejemplo de esto, indican, es una madre que perdió la custodia de sus hijos porque se demostró que se la pasaba jugando “Farmville” (el juego de criar una granja virtualmente dentro de Facebook) y “World of Warcraft” (juego de rol en Internet) cuando ella argumentaba que ese tiempo lo estaba pasando con sus hijos, o el esposo que negó tener problemas de temperamento pero realizaba amenazas en su perfil de esta red social.

“Y por supuesto, fotos con un nuevo novio o novia, no serán miradas con agrado por tu ex o un juez, especialmente si la infidelidad es un asunto dentro de tu caso”. 

VALIDEZ A LA LUZ DE LAS LEYES ACTUALES

“Puede que estés incómodo”, dice la firma Dishon & Block, pero ventilar esto en Facebook es inapropiado. Peor todavía, escritos difamatorios o incriminatorios podrían impactar negativamente en el estrado. “escritura responsable” en el wall de facebook El segundo consejo es remover las fotos que se podrían interpretar como inapropiadas, “incluso si el comportamiento fue inocente”.  evaluar las fotografías en los álbumes en redes sociales La abogada Martha Ramírez está consciente de que las redes sociales ya son parte de nuestra vida. “Es prácticamente automático, ese instinto de tomarse una foto y subirla a Facebook, o decir en Twitter que estoy con fulana o con fulano, dando con esto acceso a nuestra información personal a un grupo inimaginable de personas (deseadas o no)”.

En tal sentido, no caben dudas de que situaciones de esta índole podrían dar lugar a la ruptura momentánea o definitiva de una relación de amistad, noviazgo o matrimonio. La pregunta es ¿podría un comentario o imagen extraído de una red social convertirse en un medio probatorio en un proceso de divorcio?

Si bien la legislación actual, que data de 1937, no contempla nada al respecto, al entender de la joven profesional del derecho, una evidencia basada en redes sociales sí puede ser considerada como una prueba en un proceso de divorcio. Y si bien algunos “tradicionalistas” señalan que estos medios pueden ser fácilmente vulnerados, Ramírez se inclina por plantear que mas que una prueba en sí, estos constituyen “principio de prueba”, lo cual es concebido como un medio probatorio cuya admisibilidad admite prueba en contrario, y que debe ser fortalecido con otros medios, como el testimonio u otros documentos escritos, a los que esta abogada agregaría “y no electrónicos”.

De lo que sí está segura es que no son pocos los noviazgos, relaciones y amistades que se han destruido a consecuencia de celos causados por imágenes sugerentes y comprometedoras.

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